miércoles, 28 de marzo de 2012

Sabor hogareño


Cuantas veces has comido alguna preparación la que te recuerda un momento un lugar una persona… Cuando estaba en un país extranjero quería experimentar sabores nuevos pero típico que si saben que eres de Chile, todos quieren que pruebes sus “empanadas chilenas” que gusto sentí al saber que iba a recordar uno de mis sabores de infancia y de hogar, había pasado un mes que estaba lejos y ya extrañaba la comida de mi tierra, cuando fui a probar mi primera “empanada chilena” mmmm…  déjenme decirles que no se parecía nada! Pero NADA a lo que es una empanada chilena, buscamos por todos los lugares durante 3 meses cada vez que teníamos la oportunidad de probar una de esas, la comíamos y me seguía desilusionando, hasta que un día llegamos a una cocinería en donde la dueña me pidió que hiciera las empanadas!!!  Encantadísima las hice esperando sentir ese sabor taaan chileno.
Para mi sorpresa cuando termine y probé me di cuenta que le problema no eran los cocineros sino los ingredientes que no son iguales en todas partes y por más que buscara nunca iba a encontrar ese sabor que esperaba hasta estar de vuelta en casa.
Lo mejor de Dios es que no es como las empanadas o los sabores , sino que él está en todo lugar, y a veces estamos como extranjeros queriendo encontrar ese sabor ese deleite que nos recuerda quienes somos, nuestras raíces, nuestros seres queridos, o lo bien que nos sentimos en casa.  Nuestro hogar es la presencia de Dios y buscamos y nos alejamos tratando de encontrar su presencia o algo parecido en otras cosas o experiencias u otros sabores extranjeros,  sabiendo que solo acercándonos a él vamos a sentirnos como en nuestro hogar , en su presencia.
Salmos 139.
7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? 
¿Y a dónde huiré de tu presencia? 
8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; 
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.